Lecturas al oído
Ella me leía páginas y páginas enteras de Coelho sobre montañas que se deben subir y etcétera. Yo, que no tengo nada de alpinista, le proponía otro camino para llegar, por eso contratacaba a la otra noche leyéndole El Mago de OZ. Siempre se me quedaba dormida en el campo de amapolas rojas...
1 Comments:
de vez en cuando cierro los ojos muy fuerte, y golpeo tres veces mis chapines colorados, repitiendo para mí:
"se está mejor en casa que en ningún sitio, se está mejor en casa que en ningún sitio..."
Y es que quiero volver a Kansas. Digo a casa.
Post a Comment
<< Home