Amores zurdos

Me hubiera gustado ser zurdo, por diferenciarme de la mayoría, supongo. El caso es que soy diestro, lo cual no significa que sea hábil en nada, claro. Pero a lo largo de mi vida he ido desarrollando mi lao zocato: me levanto a conciencia con el pie izquierdo, mi grupo preferido era Tahúres Zurdos y cuando de pequeño jugaba a esconder una piedra en una de las dos manos, siempre me ganabas.

Nunca aprendí a escribir con la izquierda, pero me aburría tanto la Filosofía de COU (excepto Marx, claro) que me dedicaba en las clases a escribir de derecha a izquierda. De ahí que las notitas de amor que te escribía tuvieras que leerlas con el espejito que te regalé.