uno dó, uno dó, clarificando

A ver: la intranquilidad que da el no tener respuestas. Bien. Por el principio: cuáles son las preguntas típicas: quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Delimito el tema: qué. Ya. En este caso esto excluye considerar el quién (puto individualista). El cómo lo tengo claro, sé el camino; el dónde me da igual, siempre que se coja TeleCinco. El por qué queda para una justificación innecesaria toda vez que el qué es una opción libre y personal. Me queda el cuándo. El cuándo... ¡ahá! ahí está el hijo de puta. Ya sé quién es el enemigo. Bien: me ato fuerte las botas, me pongo el cuchillo de sierra en el cinto, preparo las flechas explosivas y el arco, me pongo su colgante al cuello y finalmente el pañuelo rojo en la frente: ya soy Rambo II, y el cuándo se va a cagar. Vuelvo pronto.