El año que casi ganamos el Tour

Ése iba a ser nuestro año. Ya no haría falta ver más pelis románticas pues tú eras Scarlett, Natalie, todas, y yo... bueno, yo era un tipo con suerte. Pero luego un día, así de repente, nos sobrevino aquel tsunami que ningún geofísico ni astromago (cada uno utiliza sus fuentes) supo explicarnos.

Y un día volveremos a descender por La Rochette y en aquella curva a derechas, impresas todavía sobre el asfalto (como el tatuaje con tu inicial que nunca me borré), reconoceremos las marcas de la ilusión. Los fundamentalistas del Amor nos recordarán estuvisteis tan cerca... como si eso fuera un halago (mucho menos un alivio), y nosotros diremos sí, casi, y sonreiremos un poco. Aunque sólo sea para compensar que si aquel día lloramos más que Beloki fue simplemente porque éramos dos y, como él, no esperábamos el hostión, la ola que a veces llega.