Cuando fuimos los mejores

...y pasábamos la noche en nuestros bares preferidos, pero sólo de domingo a martes porque habíamos descubierto el secreto de las noches y las horas perfectas, y no era raro encontrarnos por ahí a algunos de los tipos de Los Planetas metiéndose rayas con Nacho Vegas o a los poetas de la ciudad bebiendo como cosacos mientras Sabina se descojonaba de alguna de sus gracietas. Pero a nosotros nos importaban todos un carajo, porque habíamos aprendido a vivir sin ídolos ni mitos, y si nos fijábamos en ellos por encima de nuestra copa era porque la tipa que estaba al lado de Luis García Montero estaba buenísima.