De por qué NO hay que dejar de beber nunca, nunca, nunca
...entonces decidí dejar de beber y de buscarte por los pasillos. Lo primero fue definitivo. Hasta que un día, mucho después, propusiste tomemos algo, anda. Fuimos a uno de esos bares chic donde todo el mundo cree tener algo interesante que contar. A la tercera copa de vino yo, sin embargo, que soy de pocas palabras y mucho mirarte, me di cuenta de que iba a ser dificil controlar la imprudencia; desentrenado en el alcohol, iba a ser imposible: dos copas después te dije tequiero. Así a bocarrajo, como un remate torpe de Julio Salinas, y ahí empezó todo.
1 Comments:
Bueno en mi experiencia, a veces si hay que dejar de beber, depende de la ocasión y la compañía...
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