Yo ya no magdalenas de Proust
Es muy simple: coges por ejemplo aquella canción que te recuerda tanto a y la escuchas durante todo el día los días que hagan falta hasta llegar al momento en que la asociación se haya desvanecido casi completamente. La victoria total siempre es imposible, pero si lo haces bien podrás cantar (la mayoría de las veces) hasta el "Te quiero igual" de Calamaro sin pensar en.
4 Comments:
Te sigo leyendo, ahora cada vez más diario. Me gusta. Calamaro también me gusta.
tengo que probar eso, aunque sólo sea para que el aleatorio del itunes no me joda la tarde cuando ataca a traición.
También puede ocurrir que de tanto escuchar la canción, X se transforme en Y en tu imaginario, según tus verdaderos deseos. Si eso es bueno o malo, ya depende...
Jó, me encantas
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