Discípulos de Camus, Caballero de Oro de Acuario
Él era sin duda el mejor de todos nosotros, pues era capaz de alcanzar el Cero Absoluto con una facilidad que asustaba. A diferencia nuestra, él no necesitaba de horas de concentración para desprenderse de todo (caras, situaciones, pensamientos, emociones...), simplemente había encontrado un atajo: la indiferencia. Sí, le importaba todo un carajo. Por eso no tenía puntos débiles.
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