La agenda que me regalaste
Un peligroso aire invisible asola la ciudad. A mí no me afecta porque siempre salgo de casa con la mascarilla para la alergia puesta. Pero igualmente me alcanzan las consecuencias. Este aire (o lo que sea) provoca en la gente un estado mezcla de optimismo y valentía: se escuchan todas aquellas proposiciones de café que nunca se dijeron a desconocidos. Si tienes (buena/mala) suerte alguna te acierta de lleno en el talón de Aquiles. Ante esto, a mí, que no me gusta el café, me da por envidar más: café no, una copa. Y nada, que no encuentro la agenda que me regalaste.. No sé cómo me meto en estos líos...
2 Comments:
en la farmacia puedes preguntar -tienen pastillas para no soñar-, me gusta vuestro blog.. un saludo.
yo nunca sueño ;-P
gracias. otro.
Post a Comment
<< Home