Penúltima conclusión

No es venganza, así que no hay necesidad de comprar en el mercado negro miradas de último momento; ni, por otro lado, se trata de meter en una urna el recuerdo onanístico de cuando fuimos los mejores, páginas amarillentas de periódicos en las que no es noticia aquel "salgamos de aquí, anda"; no es dejarte caer tranquilo en la piscina hasta llegar al fondo hecho un ovillo (como los cadáveres de Dexter) sin pedir auxilio, pero tampoco es creerte Claire de Heroes y no admitir que si bien nunca sientes dolor, no por ello dejas de estar cagado de miedo; queda claro que cuando llegue, no será la victoria por vanidad; no es reivindicar nada; no es esperar a la prórroga para intentar ganar el partido; no es la frase preparada para cuando llegue el momento justo; no es desoír la discusión con el espejo; no es hacer lo que debes ni lo que todavía no te atreves; no es fingir que nada importa, que todo pasa, que todo llega; repito, no es reivindicar lo merecido; no es llevar la cuenta; no es pagar con versos; no es decir sin decirlo, indirectas que tengas que traducir con el libro de códigos al lado; no es Marilyn en el calendario, sino la fecha en sí... no, no, tampoco son las fechas que todavía recordamos sin motivo, ni tampoco el año apropiado (par, impar, qué más da), los planetas alineados para escribirte por fin una canción sin rencor; no son emails de 1k; no es no es no embarrarse; no es usar paraguas; no es no sudar; no es merecerlo o no merecerlo; no es yo creía, yo esperaba, yo quería... sí, todos hemos querido, y qué; no es preguntarse cómo hacer, es hacerlo; no es esperarte. Pero sobre todas las cosas: no es noencontrarte. Y a partir de ahí, ya veremos.