"Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida de una muchacha triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres de Manhattam,
igual que dos desnudos en penumbra
con Nueva York al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos."
LUIS GARCÍA MONTERO
Mostrador de quejas:
jornalerodelagloria
@hotmail.com
Anteriores vuelos:
Thursday, August 23, 2012
Serie "Conversaciones con tu recuerdo"
El eco de tu figura en los espejos que sirvieron para solaz de otros.
Cajas que guardan cenizas de un tiempo que pasó, cuando jurabas no quemarte al tocar el sol.
Cambiaste tu almohada, por luces de neón. Nadie te advirtió que te mirabas en espejos que no devuelven las miradas.
Zapatos de plata y perlas en tu copa de champán. Sólo pensabas que tus huellas no se borrarán jamás
Y que la música sonaba y que nunca iba a parar. Nadie te advirtió que te mirabas en espejos que no devuelven las miradas.
Dulces palabras, mentiras que alguien te hizo creer. Un cuento de hadas, fue al final cuando te vi caer.
Y vi las nubes que llegaban, pero no te vi correr. Nadie te advirtió que te mirabas en espejos que no devuelven las miradas, en espejos que no devuelven las miradas.
1 Comments:
Me recordó a esta canción:
Cajas que guardan
cenizas de un tiempo que pasó,
cuando jurabas
no quemarte al tocar el sol.
Cambiaste tu almohada,
por luces de neón.
Nadie te advirtió que te mirabas
en espejos que no devuelven las miradas.
Zapatos de plata
y perlas en tu copa de champán.
Sólo pensabas
que tus huellas no se borrarán jamás
Y que la música sonaba
y que nunca iba a parar.
Nadie te advirtió que te mirabas
en espejos que no devuelven las miradas.
Dulces palabras,
mentiras que alguien te hizo creer.
Un cuento de hadas,
fue al final cuando te vi caer.
Y vi las nubes que llegaban,
pero no te vi correr.
Nadie te advirtió que te mirabas
en espejos que no devuelven las miradas,
en espejos que no devuelven las miradas.
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