Tú y el espíritu olímpico
Aceptar la derrota como una contingencia. Claro, ¿y cuándo pensamos acaso que había un destino y que ese destino era vencer? Pero no es eso, es el cómo, siempre es el cómo el que reclama análisis. Y ahí puedes jugar a salvarte, a creerte inocente, a protegerte, a crear tu verdad y creértela para así nunca admitir no solo que la derrota también fue tuya, sino que jugaste sucio. Como Pierre Nodoyuna.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home