Ceniciento s.XXI
Del baile salí pitando justito antes de que dieran las doce. Esta vez los náuticos los llevaba bien amarrados, eso sí. No fuera a pasar como la última vez, en la que después de todas aquellas falsas promesas a la luz tenue del reservado, no pude decirle a la chica que no era yo cuando vino al día siguiente, zapato en mano, a proponerme ir a tomar un café.
1 Comments:
Que cruel, no te bastaba con irte antes de darle tu dirección? :P
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