Mil horas a ninguna parte
Dentro de un rato cojo el autobús: mil horas hasta ninguna parte. Sí, llevo la libreta en la que te escribo cartas y ésta empieza como terminan todas: "Techodemenos. Ven ya de una puta vez."
"...te dije que nunca resistí las despedidas, al aeropuerto no."
0 Comments:
Post a Comment
<< Home