La suerte, la buena suerte, qué sé yo...
...dime si no, pues es mentira que sólo tras la travesía por el desierto aparece el oasis reparador (igualmente no te lo crees); como tampoco hizo falta atravesar trincheras, las líneas del enemigo inasible, para encontrarte. Y estás ahí, más increíble aun que un oasis por mi acera en obras, más increíble todavía pues de verás estás (tengo tatuadas las marcas de los pellizcos). Y uno vuelve a mirarse y se pregunta qué hizo alguna vez de bueno, de valioso.. carajo, si ni siquiera tengo la ropa sucia, cicatrices para que me descubras.. Vaya un jornalerodenada.
1 Comments:
Bonito, qué más dice uno.
Post a Comment
<< Home