Mi repertorio de adjetivos es limitado, ya ves..
Cada vez que me llega un email tuyo digo de no leerlo y directamente botón derecho-eliminar. Ahí queda en la bandeja de basura durante unos días. Ocurre que siempre, en el límite, lo rescato y le doy a abrir. El aburrimiento es el principio de todos los males, lo sé. Total, que me dispongo a leerlo después de mi sesión Zen, tranquilo, calmado, prometiéndome a mí mismo que pongas lo que pongas no me vas a encender: respiraciones hondas, prometo no alterarme...
La verdad es que sigo sin conseguirlo (o sigues lográndolo, según se mire). Entonces no se me ocurre nada mejor que decir en voz alta: esta tía es gilipollas. Para eso me sirves: para mantener vivo el recuerdo de lo...gilipollas que eres. Todos necesitamos una cabeza de turco.
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