"Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida de una muchacha triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres de Manhattam,
igual que dos desnudos en penumbra
con Nueva York al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos."
LUIS GARCÍA MONTERO
Mostrador de quejas:
jornalerodelagloria
@hotmail.com
Anteriores vuelos:
Wednesday, March 03, 2010
Serie "Conversaciones con tu recuerdo"
...cuando rendirse ya no era una opción sino un alivio.
Seguramente cuando se rindió, cuando se apeó del camino y dejó la batalla en tablas, o ni siquiera... fue eso, un alivio para él. Pero la vencida fui yo, aunque él creyera que se retiraba, perdida la partida.
Y mira, al final yo no sé si él perdió, pero seguro que yo sí que lo hice. Aunque el que abandonara, aliviado, fuera él.
(Últimamente leerte me deja tocadilla, ninyo... a ver si me regalas una sonrisa uno de estos días!!)
6 Comments:
Acabo de descubrir tu blog y me ha resultado muy ameno. Con tu permiso, te sigo.
Saludos.
A no ser que a lo que te rindas sea a sus encantos. En ese caso: están bien jodido.
Seguramente cuando se rindió, cuando se apeó del camino y dejó la batalla en tablas, o ni siquiera... fue eso, un alivio para él. Pero la vencida fui yo, aunque él creyera que se retiraba, perdida la partida.
Y mira, al final yo no sé si él perdió, pero seguro que yo sí que lo hice. Aunque el que abandonara, aliviado, fuera él.
(Últimamente leerte me deja tocadilla, ninyo... a ver si me regalas una sonrisa uno de estos días!!)
Te sigo.
Guau, me acabo de enamorar de tu blog. Así, de golpe.
Es la 1º vez que entro al blog, muy bueno :)
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