Serie "Mis días en la Escuela de Armas de Combate de Miramar"
Fue un poco como en La teniente O´neill: marronazo en un país del Golfo, necesidad de intervención inmediata y nuestra unidad, todavía en periodo de instrucción, la única disponible en la zona. Nos preguntaron si podíamos hacerlo. Nos miramos unos a otros. Algunos tenían dudas, era lógico, una cosa es que nos supiéramos los mejores y otra que fuéramos tan estúpidos como para no darnos cuenta de que ser los mejores no siempre es suficiente. Pero estábamos dispuestos. Uno de nosotros se levantó y puso palabras a lo que pensábamos, finalmente, todos: Qué cojones, ¡por Narnia!
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