Todas teníais razón

Equivocamos la gloria. Sí. No era un rollo deductivo, ningún plan a seguir, sino el camino, ¡el camino!, tan sencillo como eso. Ahora lo sabemos. Ha costado, vaya si ha costado... ¿cuánto, ocho años o así? Bien, no volverán, pero ningún cadáver, ni siquiera el tuyo todavía. Un perdón por el pasado, eso sí ya lo sabes, con la amplificación que dan las paredes de La sed mortal sin ni siquiera Dodó cerca. Morir a los 33, sí, pero también resucitar, como el melenudo. No estamos a tiempo de todo, pero queda toda una segunda parte por caminar. Y si lo haces bien nadie se acuerda de lo anterior, sino de la heroica de la remontada. Como la del Liverpool contra el Milán en la Champions de 2005.