Un sentimiento sincero (Córdoba, Argentina)

A veces piensas cosas en caliente y eres injusto. Por eso es bueno esperar que pase el momento, reflexionar ecuánimemente, asumir responsabilidades en vez de seguir la inercia de buscar culpables. Además, es sabido que el resquemor niebla la capacidad de juicio. Así que sí, a la hora de valorar conviene esperar a que el fuego y hasta las brasas de la ira hayan pasado, como ahora. Por eso ahora sí me creo, veo nítido y sincero esa sensación... qué coño esa sensación, ¡ese sentimiento!, ese sentimiento, digo, de que
te deseo
que te vaya mal. Jodidamente mal. No ese ir mal evidente, una cadena de desgracias que nunca acaben, no, eso es poco. Te deseo algo peor: un verdadero ir mal, casi imperceptible los próximos cinco, diez, veinte años, me da igual, pero que cuando, finalmente, vieja perdía te mires al espejo, evalúes y pienses que cualquier alternativa distinta no podía haber sido peor.