La vida no es heroica. A pesar de lo momentos inolvidables (aquel gol en el descuento en el derby contra 6ºA), no lo es. Todo es sobrevivir con migajas, pequeños grandes éxitos en los que basar después la añoranza, el "éramos tan felices..." de Michi Panero. Y un día seremos lo suficientemente viejos para contar aquel dribling imposible, aquellos besos que todavía creeremos estar saboreando.. Y eso es todo.