Perder por el momento
Eran partidas clandestinas, de uno contra uno, en las que para jugar debías impostar la voz y decir en tono serio "yo nunca juego", y esa era la señal para ella de que no sólo estabas dispuesto a jugar, sino de que ibas a utilizar todos los trucos callejeros que aprendiste en "El amor en los tiempos del cólera".